En el  último año de la dictadura militar, vecinos  del barrio Catalinas Sur[1], muchos de ellos  padres de alumnos de la Escuela Della Penna, unidos por la Mutual que ya no podía funcionar dentro de la institución escolar, comenzaron a reunirse con animado interés parar armar un proyecto de teatro en espacios públicos, encabezados por el director uruguayo Adhemar Bianchi.   El grupo teatral se lanzó a la palestra con una choriceada  en la plaza Malvinas en un contexto limitado pues participaban de  una fiesta escolar. Fue recién con la vuelta de la democracia, en el mes de diciembre de 1983, que se pudieron  organizar y llevar adelante reuniones abiertas con choriceadas, dentro del barrio. Tales encuentros consistían, no sólo en la mera representación de una obra, sino en la animación de  una fiesta barrial.   El pregón que convocaba a esas fiestas teatrales decía:
       “Ay vecino, vengase a hacer teatro en la plaza.
         No vaya a  quedarse solo, viendo tele en su casa”
     Pero, esos versos no eran un mero pregón, contenían un mensaje contra el miedo inmovilizador que la  dictadura había internalizado en la población. Convocar a los vecinos a hacer teatro en la calle, instándolos a que dejaran de ver televisión en la soledad de sus casas,  tenía una profunda significación  y apuntaba, no sólo a generar  exclusivamente un hecho “artístico”, sino a reconstruir el tejido y los lazos comunitarios y por ende a  cimentar la nueva etapa democrática..
       El compromiso del grupo con la democracia no fue meramente retórico. En 1987, en ocasión del intento de golpe  de Semana Santa, contra el  gobierno de Alfonsín, los integrantes de “Catalinas” como tantos ciudadanos, marcharon a Plaza de Mayo para defender el orden constitucional
      Durante esos años hubo en Catalinas decenas de fiestas teatrales que movilizaron a vecinos y actores. Sin embargo 1989 marca un hito en la  historia del grupo. Ese año se estrena en la Plaza Malvinas  una obra que se ha convertido en una de las creaciones emblemáticas de Catalinas: “Venimos de Muy Lejos.”
       “El espectáculo-dicen los catalinenses refiriéndose a “Venimos…”- está realizado desde el afecto hacia nuestros antepasados inmigrantes. No tiene ninguna pretensión histórica ni antropológica. Los personajes y situaciones son ficciones a partir de nuestra imaginación colectiva. Esto no quita que afloren en la obra fragmentos de personajes e historias reales y relatos o leyendas de la gente de La Boca. Es nuestro homenaje a esos "gringos" que nos precedieron: a la esperanza con la que llegaron a este país, sus sufrimientos y añoranzas de la tierra que tuvieron que dejar, la solidaridad y esfuerzos cotidianos en el patio del conventillo, la alegría de sus fiestas y canciones, su amor y lucha por vivir.”

       La década del 90 encontrará al elenco de “Catalinas Sur” representando “Venimos” en los teatros IFT y La Ribera, además de otras plazas de la ciudad. También el grupo estará en  Concepción del Uruguay (Entre Ríos) en el 1er. Encuentro de la EITALC en 1991, en las ciudades de Santa Fe y Paraná, en Gualeguaychú (Entre Ríos), en Puerto Rico, El Dorado y Posadas (Misiones.) y en la capital de la República de  Chile.
       Cuando el modelo neoliberal de los 90 raleó  plazas, llenó de desocupados y el país, consagró  el shopping como centro del espectáculo  e  hizo permanecer a los vecinos en sus  casas, Catalinas repensó su estrategia. Advirtió, sin rendirse ideológicamente  al mercado y a la ola globalizadora, que la plaza ya no era la misma, que el grupo había crecido y tenía nuevas necesidades  y que el  contexto económico social y político también era  diferente.
      Quizás  había llegado el momento de cambiar una plaza a cielo abierto  por otra “techada”.   El Galpón de Catalinas es  el nuevo espacio del grupo a partir de 1997,   “es el fruto del trabajo de un grupo importante de vecinos, que con mucho esfuerzo y trabajo logró primero alquilar y luego comprar este galpón, un ex deposito de tintas casi abandonado del barrio de La Boca para convertirlo en un espacio de producción cultural”.
       En  El Galpón se ensaya, se dan los  talleres, se realizan las reuniones, se presentan las obras y se reciben a los amigos, invitados y vecinos. También se estrena  en 1998 “El Fulgor Argentino”, obra que resume  setenta años de historia nacional en un salón de baile y  que ha tenido un impresionante éxito de público en nuestro país- a sala llena en todas las funciones que presentó durante todos estos años- y en el exterior. La obra se presentó en el Festival Grec de  Barcelona en  el año 2001.
      El puñado de fundadores del  Grupo de Teatro Catalinas Sur pertenece a una generación que creyó en un mundo más justo, convencida  que la sociedad sólo podía  cambiar con el trabajo conjunto y solidario. 
       Después de casi tres décadas Catalinas sigue siendo un grupo de vecinos y aunque muchos de sus integrantes  no viven en el barrio  se sienten igualmente identificados con él y con la manifestaciones artísticas tradicionales que trajeron y recrearon los inmigrantes que llegaron a La Boca.
        El  teatro comunitario ha servido   como un instrumento colector y valorizador  de historias individuales y colectivas, esencial para recuperar la memoria. En el año 2002 se creó la Red Nacional de Teatro Comunitario en medio de la enorme crisis que sufría el país. Por aquel entonces nacían muchos nuevos grupos, que se sumaban a los ya existentes que hasta ese momento eran el “Grupo de Teatro Catalinas Sur”, el “Circuito Cultural Barracas”, ambos de Capital, Murga de la Estación, de Posadas, y Murga del Monte, de Oberá, Misiones o el Grupo Boedo Antiguo nacido en 2001. Por ello a instancias de Catalinas y Barracas se funda la Red con el objetivo de conectar, entrelazar y contener a todos los grupos de teatro comunitario,  intercambiar experiencias e información, compartir y debatir problemáticas comunes y realizar acciones en forma conjunta para difundir y fortalecer el crecimiento de todos ellos.  “Catalinas Sur” fue primero un barrio, luego  una escuela, una plaza, después un teatro comunitario y ahora muchos barrios, muchas plazas, muchos teatros que siguen sumando vecinos.


* Maestro y Abogado (UBA) nacido en Barracas y crecido en La Boca. Profesor universitario y docente en los demás niveles del sistema educativo. Tiene un posgrado  en la  Carrera  de Especialización en  Planeamiento y Gestión de la Educación (UNTREF). En los últimos años  se desempeña en el área técnico legal  del Ministerio de Educación (CABA). Ha  publicado  artículos en la revista “Todo es Historia” y trabajos sobre educación.  Integrante del elenco del  Grupo de Teatro Catalinas Sur. Colaborador en la banda sonora de “El fulgor argentino” y coautor de “El vengador del Riachuelo”. Actualmente es  secretario de la “Agrupación Gente de Arte y Letras Impulso”.


[1] Los monobloques de Catalinas Sur, obra promovida y gestionada por la Comisión Municipal de la Vivienda, comenzaron  a construirse en mayo de 1962, un mes después del derrocamiento de Frondizi.  El barrio se inaugura  en diciembre de 1965, durante la presidencia  de  Illia. Está constituido  por  2500 viviendas distribuidas entre edificios y casas bajas. Conocido popularmente como  Barrio Catalinas, el Complejo Habitacional Catalinas Sur fue diseñado como un micro barrio, un núcleo independiente, según las ideas para el desarrollo urbano y la vivienda de la época, compuesto por una serie de edificios de doble cuerpo de 10 pisos, otra de 6 torres de un solo cuerpo de 11 pisos, y 5 conjuntos de casas de un solo piso. Proliferan en él pasajes peatonales propios, jardines y plazas internas y una parroquia y una escuela pública, la  Nº 8 del D. E .4º,  que lleva el nombre de su fundador,  el empresario editorial Carlos Della Penna. 


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